lunes, 14 de julio de 2008

No sólo con conocimientos crece el ser humano

Por: Nerliny Carucí
Luz María López
Yolimar Becerra
María Paola Attías

"El sentido de la vida,
es darle a la vida sentido".
Tavho

Hay momentos cuando la vida social nos exige el reto de asumir compromisos y ser protagonistas de la historia que se construirá para las generaciones futuras. Y hoy, precisamente hoy, los venezolanos estamos viviendo una de esas etapas. Pero, ¿cómo podemos hacer para que en nuestra sociedad se perpetúe una respuesta valiente que refleje la conducta cívica del pueblo? Algunos podrían sugerir que a través de la enseñanza para que la gente salga de la ignorancia, otros que con la difusión de campañas ideológicas; ¡y esas propuestas pueden ser válidas!, pero nosotras creemos que para que surja en la gente la necesidad de colaborar en la construcción de la nación, sólo podría darse si al individuo se le deja existir y experimentar el sentir con el saber en el proceso educativo.
Simón Rodríguez escribió en una oportunidad: “Sin conocimientos, el hombre no sale de la esfera de los brutos, y sin conocimientos sociales, es esclavo”. Si analizamos este pensamiento desde una perspectiva holística, nos percatamos que no sólo bastan los meros conocimientos, sino que es necesario que esos conocimientos se usen en la interacción social para que surjan nuevos conocimientos, que no son más que la integración entre los conocimientos particulares, más las representaciones colectivas y las mismas reacciones que se generan en la relación sujetos-contexto.
Es por ello que el proceso de formación, alude a la integralidad. Los enfoques didácticos necesitan complementarse para estar en consonancia con la demanda de formar un sujeto armónico que pueda propiciar su propio desarrollo y el de su comunidad. No en vano se está difundiendo la concepción de una praxis educativa desde adentro, que parta de una renovación del interior para acceder al conocimiento y desarrollar las habilidades comunicativas. Muchos autores, entre ellos el reconocido escritor Miguel Ángel Cornejo y la profesora María Eugenia Dubois, coinciden con esta visión integral de conocer al individuo y renovar su espíritu. De hecho, Dubois es bastante incisiva, al decir que se necesita una como propuesta viva para el rescate de un pensamiento, que consiste en “ser para hacer”. Efectivamente, cuando el individuo existe no sólo requiere conocimientos, sino que siente, experimenta emociones que le permiten hacerse una revisión interna, e ir transformando su manera de pensar y su manera de actuar.
Por su parte, Cornejo va más allá del ser y se orienta hacia el convivir y el hacer del individuo. Habla sobre la importancia de ganarse el espíritu de los demás a través de la confianza y el liderazgo. Si hacemos una extrapolación del tema del liderazgo gerencial al campo educativo, nos damos cuenta que hacer una inspección en el interior de quienes nos rodean es fundamental para que pueda existir la posibilidad no únicamente de conocer y hacer, sino también de existir y convivir. Como explica del psicólogo norteamericano Maslow en su libro “Motivación y Personalidad” (citado por Boeree, 2003), cada ser humano es un universo y cada uno busca satisfacer sus necesidades, empezando desde las necesidades fisiológicas, pasando por las necesidades de seguridad y reaseguramiento, la necesidad de amor y pertenencia, necesidad de estima y llegando hasta la misma necesidad de actualizar el sí mismo. Así, por lo general, funcionamos los seres humanos. Es por esta razón que es tan importante conocer al estudiante.
Como dice Boeree (ibídem):
“Desde luego, esto tiene sentido: si estás hambriento, vas hasta a arrastrarte para conseguir comida; si estás seriamente inseguro, tendrás que estar continuamente en guardia; si estás aislado y desamparado, necesitas llenar esa falta; si tienes un sentimiento de baja autoestima, deberás defenderte de ese estado o compensarlo. Cuando las necesidades básicas no están satisfechas, no puedes dedicarte a llenar tus potenciales. No es sorprendente, por tanto, que siendo nuestro mundo tan difícil como es, sólo exista un puñado de personas que sea verdadera y predominantemente auto-autorrealizado. En algún momento, Maslow sugirió que tan sólo ¡un 2%!”

Como se sabe conocer a los demás implica conocernos a nosotros mismos. Descubrir cuáles son las necesidades e intereses propios permite entender las posturas de los otros ante la existencia, y descubrir en cierta medida cómo las necesidades básicas de los estudiantes pueden dejar de ser una sombra con peso en su ritmo hacia la búsqueda del conocimiento, la sabiduría y la autorrealización. Esta filosofía procura profundizar en el desarrollo de las habilidades y potenciar las competencias para consustanciar el pensamiento con la acción de la persona. Sin embargo, aunque para algunos –incluyendo al propio Maslow- la oportunidad de llegar a satisfacer este último nivel es casi un sueño, personalmente consideramos que si se empieza por aprovechar al máximo todas las habilidades e inteligencias del individuo desde temprana edad, los sujetos del futuro podrían existir plenamente y no sólo vivir, como el común de los humanos. De ahí, la trascendencia de la praxis pedagógica. En palabras del profesor Lanz (s/f), debe haber una revisión constante de la praxis y el conocimiento, un monitoreo del sistema educativo, el cual entreteja caminos colectivos por donde el estudiante se encuentre a sí mismo y pueda reflexionar acerca de sus realidades interna y externa.
Hablando en términos didácticos, más que la suma de todos los enfoques, sería la interacción de todos los enfoques en la transformación permanente de los procesos educativos. Recordemos que hasta la fecha se habla de 5 enfoques didácticos para mejorar el proceso de formación. Éstos son: 1) Gramatical: la enseñanza gramatical de la lengua. 2) Funcional: la comunicación y funcionalidad de la lengua. 3) Procesual: proceso de producción de textos escritos. 4) De contenido: escritura como instrumentos para acceder otras áreas del conocimiento. 5) Psicologista: relaciona el proceso con el conocimiento, atizando el pensamiento. Vale la pena consignar que el enfoque Psicologista es como la fusión del resto de los enfoques y le incorpora, además, la metacognición, es decir, que el individuo esté consciente de los procesos cognoscitivos que se desencadenan en su cerebro y del manejo de las emociones que requiere y aplica al enfrentarse a determinados escenarios.
Por lo tanto, es importante que en la Escuela se fomenten las habilidades del pensamiento, pero también es fundamental reflejar esos procesos cognitivos en la producción de textos -ya sean orales o escritos-, que puedan servir para que los estudiantes comuniquen sus opiniones y sentimientos en relación con temáticas sociales que nos afectan a todos. Aquí surge la necesidad de guiar al alumno para que, como dice el escritor español Miguel de Unamuno, “sienta el pensamiento y piense el sentimiento”, sobre todo si se trabaja en contextos sociopolíticos coyunturales, similares al de la víspera de unas elecciones presidenciales, que obligan a los ciudadanos a asumir posiciones. Por tal motivo, es tan elemental el desarrollo de las inteligencias emocional y espiritual, amén del coeficiente intelectual, ya que con frecuencia nos encontramos conque personas brillantes son capaces de cometer errores graves y tomar decisiones desacertadas (Goleman, 1996), incluso llegan a perder el control de situaciones en las cuales se requieren, aparte del conocimiento, la tolerancia y el respeto por los demás.
En cada una de las conductas e ideas de los individuos queda al desnudo la madurez alcanzada a lo largo de sus historias educativas, sean formales o no. A través de la formación, el estudiante además de adquirir saberes y reflexionar sobre ellos, necesariamente debe compenetrarse con el dominio de sus emociones y habilidades, como una manera de encarar la existencia. Al final de cuentas, lo importante es que los individuos dejen que sus pensamientos y sentimientos se palpen recíprocamente en sus palabras, y en sus conductas. No sin razón se puede afirmar que no sólo con conocimientos crece el individuo, sino también con todos los estados del alma y del pensamiento.

*Cursantes de la Maestría
en Lectura y la Escritura
Enseñanza de la lectura y la escritura.
Noviembre, 2006

Referencias
Boeree, G. (2). (2003). Abraham Maslow. (traducción al español; R. Gautier, Trad.). [Ensayo en línea]. Disponible en: http://www.ship.edu/~cgboeree/maslowesp.html [Consulta: 2006, noviembre 27]

Cornejo, M. (1990). Liderazgo por excelencia. Novena edición. México: Editorial Grad.

Dubois, M. (s/f). El factor olvidado en la formación de los maestros. Ponencia presentada en un Congreso sobre Lectura y Escritura.

Goleman, D. (1996). La inteligencia emocional. Por qué es más importante que el coeficiente intelectual. Argentina: Editorial Verlap.

Lanz, C. (s/f). “La practicidad del saber educativo”. En: Miradas. Ciudad Guayana: Revista Venezolana de Educación y Ciencias Sociales.

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