domingo, 1 de junio de 2008

El equilibrio informativo y sus silencios íntimos. Cruzando Fe y Alegría


Por: Nerliny Carucí*


I.- Introducción
Los caminos por los cuales la historia nos ha llevado a transitar a los venezolanos, se prestan perfectamente para hacer un alto y reflexionar sobre los términos de los de medios de comunicación social. Muchos medios han terminado configurando “realidades” que están totalmente divorciadas de la verdad o de la “verdad social”. No es justo que nosotros tengamos que estar moviendo la frecuencia radial, o comprando tres y cuatro periódicos, o haciendo zapping, o abriendo 2 y tres periódicos virtuales, para poder reconfigurar la realidad venezolana. El desordenamiento de los mass media ha hecho que en el país la gran mayoría haya perdido la fe en lo que dicen estos magos, produciendo un estallido de los moldes que teníamos sobre los medios “como razón de la verdad”. Pareciera que la palanca que mueve a los medios de comunicación es la desinformación, más que la información, o los antivalores, más que los valores: hay como un juego por deshacer y no por hacer.
Con todo y eso, si compartimos tal preocupación, no podemos ensanchar este modo de proceder a todos los medios que circulan, se oyen o se ven en Venezuela, porque nosotros también estaríamos cayendo en la paradoja generalizada de ver solamente la pajilla en el ojo ajeno, sin fijarnos en que nosotros vislumbramos con la misma rareza. No se puede pretender reducir a todos los medios a una misma música, sin hacer una revisión estratégica de qué es lo que los mueve; si es que han cambiado la verdad por la mentira –como muchos aseguran-; o si es que se está satanizando el rol de los mismos; o si es que quizá –por qué no- están luchando por preservar un pozo donde siempre han estado acostumbrados a beber símbolos, ideas, visiones; o mejor aún, si la gran mayoría de los medios sigue trabajando por construir sobre la base del diálogo y del respeto a las opiniones ajenas, y lo que ha cambiado quizá no son los medios, lo que ha cambiado son las percepciones de la gente que se ha valido de la mala conducta de uno que otro medio como fuerza para descalificar al resto de los medios.
Habría que sentarse a discutir, sin apabullar con el discurso, sino con argumentos consistentes y congruentes, qué es lo está pasando en las instituciones y en la sociedad, porque más que un asunto de forma, a primeros vestigios se ve que se trata de un problema de fondo, que debe ser resuelto por la vía de la vivencia y de la convivencia, y como diría nuestro gran maestro Simón Rodríguez, para ello son llamados todos los ciudadanos “que se creen con derecho a influir por sus luces, y éstos son los están convencidos de que el bien social depende del saber” –y yo diría, no de la especulación-. De ahí que frente a tantos corillos y denigraciones de la persona del otro, decidimos -motivados por uno de nuestros maestros- hacer un análisis que contribuya al desnude de lo que en realidad somos y hacemos, pues de otro modo opinar no pasaría de ser una muestra de resentimiento hueco contra la práctica comunicativa y no generaría ningún tipo de reacción lógica que permita corregir, innovar y avanzar hacia una nueva racionalidad comunicativa. La presente monografía presenta un breve análisis de la política editorial, el estilo de la programación y mi vivencia dentro de la Red Nacional de Radio Fe y Alegría, en particular, en Radio Fe y Alegría Guayana 103.1 FM, con sus múltiples connotaciones, a los fines de construir una identidad del paradigma epistemológico y el sistema socioeconómico presente en mi lugar de trabajo y en mi praxis periodística.


II.- Tras las pistas de la RNR
Misión
Somos emisoras de Radio en Red pertenecientes a Fe y Alegría Venezuela, Movimiento de Educación Popular Integral y de Promoción Social que optamos por los sectores más necesitados y excluidos; perseguimos la construcción de ciudadanía y la democratización de la palabra, a través de un servicio de comunicación y educación de calidad expresada en una programación informativa, educativa, formativa y de entretenimiento de carácter participativo.

Visión
Atender con seriedad la problemática y el servicio de educación de adultos que habitan en los sectores populares. Además estimular la participación de los individuos a través de la comunidad organizada, rescatando y reforzando valores; además de ampliar la red informativa en el interior del país, aparte de los convenios que se tienen con otras emisoras.

Perfil
Somos emisoras educativas, participativas, populares, informativas y evangelizadoras.

Objetivos
Informar y generar opinión pública sobre la situación local, regional y nacional para incidir en la sociedad civil.
Diseñar programaciones informativas, educativas y de entretenimiento acordes con las realidades culturales de las zonas y a las necesidades comunicacionales de los sectores excluidos.
Emisoras
Radio Fe y Alegría cuenta actualmente con diez (12) emisoras en todo el territorio nacional, ocho (8) F.M. y cuatro (4) A.M, también cuenta con seis (6) en convenio y una en instalación.

Doce emisoras al servicio de la comunidad
El equilibrio informativo, la intermediación, la comunicación bilingüe y el respeto a los oyentes, es lo más importante.
“De oriente a occidente, desde la capital hasta el Amazonas” es una de las identificaciones que se puede escuchar en cualquiera de las doce emisoras que conforman la Red Nacional de Radio (RNR) Fe y Alegría, las cuales, en amplitud o frecuencia modulada, prestan un servicio comunicacional y educativo orientado a la construcción de ciudadanía.
Los estados Zulia, Mérida, Bolívar, Anzoátegui, Distrito Capital, Amazonas, Delta Amacuro, Apure y Sucre son los que poseen, hasta los momentos, antenas que impulsan los latidos del corazón de Fe y Alegría a los hogares venezolanos.
El Coordinador de la Oficina Nacional de la RNR Fe y Alegría, Javier Barrios, señaló: “somos una radio que promovemos la ciudadanía a través de la intermediación y el equilibrio informativo. Somos una radio plural y participativa que junto a la red de los voceros comunitarios optamos por los sectores más necesitados y excluidos”.
Las emisoras que pertenecen a la red en Amplitud Modulada (AM) son Radio Fe y Alegría Caracas 1390, El Tigre 940, Guasdualito 620, Maracaibo 850, mientras que en Frecuencia Modulada (FM) se cuenta con Guajira 92.3, Machiques 105.5, Pedregal 105.7, Raudal 92.9 en Puerto Ayacucho, Tucupita 92.1, Guayana 103.1, Cumaná 93.5 y Maracaibo 88.1.

Comunicar para la gente
Los radioescuchas son quienes definen la manera de hacer radio en Fe y Alegría, es por esto que cuatro emisoras contienen programación bilingüe. Machiques y Guajira en el Zulia, Tucupita en el Delta Amacuro y Raudal en el Amazonas, dejan escuchar los idiomas de las etnias Wayuu, Yukpa, Barí, Añú, Piaroa y Warao.
El productor de Machiques, Jimmy Govea, explicó: “Existen comunidades indígenas que sólo hablan su idioma, no entienden el español o castellano, por lo que se hace necesario la producción bilingüe ya que es la única forma de hacer que los mensajes lleguen”.
Por otra parte, en los espacios noticiosos nacionales, cada región ofrece la noticia más resaltante de su zona siendo los protagonistas las comunidades y el equilibrio informativo: “En la noticia se busca presentar las dos caras de la moneda, no importa la inclinación política. Nos interesa la pluralidad y no las parcialidades. Todos y todas tienen cabida en nuestros noticieros”, afirmó Carlota Rojas, periodista de Guayana.

Intermediación y participación
Radio Fe y Alegría establece un puente entre el poder y la gente. Con más de 168 programas “Alta Voces” es el espacio donde las denuncias de la gente no se quedan en el aire: “los oyentes hacen denuncias, las regiones presentan casos y Fe y Alegría junto con la Defensoría del Pueblo hace presión ante un ministerio, ente público o privado para que se le dé respuesta al ciudadano. En el año 2006, se han resuelto 7 casos de 16 planteados”, resaltó la productora Carmen Aragua.
Por otro lado, más de 500 voceros y voceras comunitarias en el país nutren los espacios informativos: “Es una experiencia muy linda, ya que a través de las denuncias que hacemos por la radio hemos recibido algunas respuestas, al igual que convocamos para las actividades que se organizan en la comunidad”, dijo Yhajaira Navas quien tiene 15 años como vocera desde el sector de Santa Rosalía, en Caracas.
Los voceros no son los únicos en tener voz en las emisoras, los oyentes también tienen algo que decir: “Escucho Fe y Alegría porque no esconden nada, cuando una envía el mensaje de texto lo leen tal cual, hay más confianza, toman en cuenta al oyente”, manifestó Filomena Novoa desde El Junquito, quien recalcó “tengo la radio todo el día encendida y hasta escucho las clases”.
“Otras emisoras no le paran al oyente, en cambió en Fe y Alegría uno puede expresar lo que siente y lo dicen al aire”, concluyó Novoa.
Por: Norma Rivas


III.- El laberinto informativo
La diferencia entre una radio y otra se evidencia fundamentalmente en lo que los dueños deciden qué es importante para que se conozca a través de las ondas radiales y ello va desde las temáticas a las cuales se les da prioridad y los enfoques propios de tratamiento de las informaciones, y programaciones; hasta las temáticas que no se incluyen en las agendas de las emisoras.
En el caso de las emisoras de Fe y Alegría, el esfuerzo se encuentra orientado a lograr prácticas educativas y comunicativas participativas y éticas que garanticen un equilibrio, sin perder el norte que es optar por los más pobres y desfavorecidos. Así, encontramos que en los programas se escucha tanto la voz del pueblo y de organizaciones que están en oposición a los poderes políticos, económicos y religiosos; como la de los sujetos que ocupan cargos públicos. Obligatoriamente y en mayúsculas se debe cumplir con la PLURALIDAD en el tratamiento de las temáticas. Con este principio, Fe y Alegría está poniendo como ineludibles la participación y el entendimiento, que son premisas insoslayables de la educación, como diría Savater (2003, en Encuentros): “Los seres humanos no podemos ser incomprensibles los unos para los otros, y todo lo que refleja una imagen de impenetrabilidad de unos grupos por otros... va en contra de la educación humanista, de la educación democrática”.
La pluralidad para Fe y Alegría no es fin, es un camino para que los ciudadanos reflexionen y encuentren las herramientas que les ayuden a tomar partido por la realidad social.
Tuchman (citado por Canel, 1999), a finales de la década de los 70, hablaba sobre la subjetividad de las noticias. Para él, la noticia es como una ventana abierta al mundo por la que nos enteramos de lo que está fuera de nuestro alcance cognoscitivo. Pero la ventana puede ser grande o pequeña, con uno o varios cristales, de vidrio opaco o claro, con vistas a la calle o a un patio interior… “Y el que se asoma puede simplemente atisbar a ventana cerrada o sobrepasar el alféizar en una acentuada inclinación. La percepción de la realidad depende de múltiples factores”.
Ya a estas alturas del siglo XXI, casi todos estamos conscientes de que las noticias no son más que meras representaciones que de la realidad hacen los periodistas o los medios de comunicación, lo cual evidentemente tiene un enfoque que puede estar determinado por convicciones personales o por intereses del medio para el que trabaja. Este enfoque es el que determina qué se selecciona para divulgar y cómo se organizan las ideas. Los encuadres o enfoques que de la realidad hagan los medios de comunicación es lo que les proporciona una imagen una identidad, que muchas veces es un claro indicio de la política editorial que tiene el medio.
La política del medio que estamos analizando en la presente monografía, Red Nacional de Radio Fe y Alegría, se dirige sobre todo a propiciar una opinión pública crítica –no manipulada- y a crear espacios que permitan formar a los ciudadanos para que éstos dejen de tener una actitud pasiva y participen en la construcción de un mejor país, en conexión con los diferentes miembros de las esferas sociales.
En consonancia con los objetivos mencionados supra, la RNR trabaja con líneas estratégicas de los métodos fenomenológicos y hermenéuticos. En Fe y Alegría se comparte con la gente: los ciudadanos dan a conocer sus vivencias. Se apuesta a que el sentido y el significado de los fenómenos sociales estriban en la experiencia y vivencias de los sujetos. En efecto, se busca que todos participen para construir una verdad consensuada desde lo particular y el sentido que cada actor le da a lo social. La investigación periodística parte del conocimiento de nosotros y del conocimiento del “otro”, pensando que puedo reflejarme en el otro.
Lanz (2006, p. 22) la comprensión se obtiene “de la vida vivida en relación. (...) parte de la experiencia, de la vivencia de quienes se comunican por el oído y no por la vista”. Y, precisamente, allí estriba el propósito de la RNR que nuestros oyentes se informen y nos informen, analicen, discutan y al final construyan su pensamiento propio sobre los asuntos públicos. No obstante, va más allá, llega a superar la brecha de la toma de conciencia y pasa a la acción, por medio de la incidencia que se tiene tanto en la mente de las personas, como en las mismas políticas públicas, logrando una movilización de los ciudadanos de forma solidaria y comunitaria con miras a resolver sus problemáticas y mejorar su panorama socioeconómico y cultural, en un acto libre y responsable.
En efecto, si analizamos las transmisiones de la Red Nacional de Radio Fe y Alegría, y más concretamente Guayana -que es la emisora donde he tenido mayor oportunidad de convivir-, el cúmulo de experiencias hace que su trabajo se enmarque dentro del enfoque de la pedagogía crítica, pues además de promover el debate, el diálogo, la participación y la asunción de posturas críticas y proactivas, también orienta la reflexión e integra el lenguaje a la formación armónica de los individuos.

IV.- Ética para periodistas

El periódico y sus trabajadores deben estar libres
de toda obligación respecto a sus fuentes de información y
a sus intereses particulares. Deberían evitar incluso
cualquier apariencia de obligación o conflicto de intereses.
Código de la Asociación de Redactores en Jefe Americanos

La ética periodística se materializa en la relación con la audiencia. Una relación signada por el respeto y la horizontalidad. Como ya mencionamos en la parte anterior, la Red Nacional de Radio Fe y Alegría se rige por principios de pluralidad, sin embargo, todo depende de la ética de cada periodista o reportero en particular. En ocasiones, los enfoques no suelen ser los más poliédricos que deberían ser, y hasta se puede decir que uno como periodista no se percata de lo que lo que está haciendo, pues a veces tenemos tan arraigados ciertos valores que para nosotros son normales o anormales ciertas situaciones. Por lo general, llegamos a proyectar de manera inconsciente nuestra manera de percibir el mundo. Por ejemplo, en el tratamiento que se le dio, en la mayoría de los medios de comunicación, a la no-concesión a RCTV y a las opiniones de la gente que salió a defender a este medio –que a todas luces no era “el canal de TV ideal”.
Bueno, lo cierto es que escuchábamos a la gente defender a esta empresa de la comunicación, en lugar de encuadrar el caso de la nefasta actuación de casi todas las televisoras nacionales, como Venezolana de Televisión y Globovisión, con sus políticas editoriales representativas de determinadas tendencias ideológicas (que no es que están implícitas, ni ocultas, sino que son cognoscible a simple vista): una, encuadrando sólo lo bueno, como si en nuestro país viviéramos en un paraíso; y la otra, dándole prioridad a lo malo, omitiendo lo positivo. Sin contar las proyecciones que hacen de unos y otros, cayendo en la descalificación, el oprobio y la promoción de antivalores, como el irrespeto por el diferente.
Y aquí hago un alto para aclarar que independientemente de las ideologías imperantes en ambas empresas de la comunicación, los valores parecen ser los mismos, porque en lugar de propiciar debates racionales lo que hacen es caer en los conflictos personales y ahondar en peleas sin ningún tipo de significación. Freire fue bien sabio en decir que la pelea no debe ser contra quienes piensan diferentes a nosotros, sino contra el sistema que nos oprime, o contra los verdaderos opresores; pero a veces perdemos energías peleando con el diferente, mientras el verdadero enemigo juega con nosotros.
Y, siguiendo con el porqué de los enfoques, cuál fue la razón por la que medios como Venevisión y Televén guardaran silencio ante la no-concesión a RCTV. O ¿por qué los entes gubernamentales siguen alabando a canales distorsionados, o por qué la oposición sigue apoyando ciertos medios malformadores? O quizá ¿por qué muchos medios de comunicación siguen difundiendo las voces que defienden esta empresa, sin contextualizar la información? Tal vez sea, porque la comunicación la hacemos sujetos y como sujetos transmitimos nuestra subjetividad y narramos de acuerdo con las convicciones sociales que se nos han inculcado desde niños. Sólo el periodista que es capaz de investigar qué es lo que está pasando, por qué esto sigue así, y va y revisa en la historia, y contrasta opiniones es quien puede presentar una información con sentido.
No podemos dejar de mencionar que los medios de comunicación intervienen los mensajes que se transmiten. De hecho, la política de opinión cerca, con frecuencia, el trabajo periodístico, hecho que, afortunadamente NO pasa en Fe y Alegría, bueno al menos en mi praxis durante este año y 10 meses y 24 días, no me han censurado ninguna información, a pesar de que los jefes muchas veces no comparten los pareceres que se están difundiendo. Es más, me atrevería a decir que Radio Fe y Alegría es uno de los medios de comunicación que expanden casi en 360° el abanico de opiniones que pone sobre el tapete y que, además, toma las precauciones necesarias para que quienes tengan la intención de desinformar puedan tener al otro lado de la línea o del estudio la contraparte, a los fines de reducir los sesgos y eliminar contradicciones. Sin embargo, existen casos excepcionales en los cuales todo dependerá del tratamiento subsiguiente que se les dé a las opiniones o situaciones en cuestión.

V.- ¿Agua dulce o agua salada?
La política informativa de la Red Nacional de Radio Fe y Alegría (IRFA, 2004) se orienta a que los periodistas y la radio en general sean promotores de los valores cristianos o humanos. Por ejemplo tenemos un gran interés en colocar en agenda las noticias que tienen que ver con vivencias y testimonios que promueven valores positivos, que motiven a la gente a actuar. También, procuramos dar prioridad a noticias que afectan de manera directa a los sectores más desfavorecidos, entre ellas noticias que guardan relación con la situación social, actividades reivindicativas, propuestas o iniciativas de los más pobres. Además, preferimos informaciones de ciudadanos que estén impulsando acciones para favorecer a su comunidad a las minorías excluidas. Y, seleccionamos noticias que se relacionen con los derechos ciudadanos. Fe y Alegría Guayana en estos pilares sí está clara, aunque creo que deberíamos tratar de darle más tiempo al aire a las comunidades, que sean sus voces las que se escuchen (se viene haciendo, pero creo que se deben multiplicar sus voces).
A pesar de que tengo una especial predilección por la labor de Fe Y Alegría Radio, ocurre que en algunas tomas de decisiones, que afectan directamente a las emisoras, no participan del todo quienes hacen la radio, sino que se propone algo desde arriba y luego se discute sobre esa base, lo cual limita la participación de los trabajadores que, minuto a minuto, construyen la radio y muchas veces genera la apatía de muchos de los que trabajamos en la radio en torno a comunicar propuestas, si no nos van a escuchar. A saber, la radio de Fe y Alegría Guayana es una radio juvenil y los programas que tenemos son buenos, mantienen la esencia de la comunicación para formar en valores, pero les falta un 50 por ciento más o menos por mejorar, y no se hace solamente con la excusa de que “eso no le interesa a los jóvenes”, cayendo así en la banalidad. Hay programas que podrían aprovecharse para generar debates sobre temas que les interesen a los muchachos, agregándoles una dosis de historia, de filosofía. Por un lado, puedes ponerles lo que a ellos les gusta y por otro irles incentivando por temas más complejos. Particularmente, creo que se parte de la idea popularizada de que los jóvenes de hoy no tienen con qué, pero mientras se sigan transmitiendo valores consumistas, nada nacionalistas y mucho menos regionalistas (gafedades en el fondo), creo que se está subestimando la capacidad de los jóvenes de asumir responsabilidades y protagonizar transformaciones, y se sigue repitiendo el modelo enajenado que embrutece a la gente.
Hay reggaetones cuyas letras no promueven sino el odio, las relaciones sexuales irresponsables, la violencia; pero, nos escondemos para no comprometernos y culpamos a todo el mundo, menos a nosotros mismos sobre lo que está pasando en la ciudad. Si una dice que hay dejar de sonar algunas de las canciones más fuertes, entonces dicen: “Eso es lo que está pegando y debemos ganar audiencia”, quieren que sigamos transmitiendo líricas con dobles sentidos y cuando revisamos las estadísticas de muertes violentas o de agresiones en las escuelas, se preguntan: ¡¿Por qué la sociedad está tan perdida?!
Otro de los aspectos que me llaman altamente la atención para este análisis son las temáticas que tiene Fe y Alegría Guayana, que son consideradas prioritarias y, por consiguiente, de tratamiento permanente:
v Lo educativo
v La salud pública
v Los derechos humanos
v La justicia de paz
v La descentralización
v La importancia de los gobiernos locales
v La seguridad social
v La organización ciudadana
v Los movimientos indígenas
v La administración de justicia
v Los niños de la calle
v Los problemas ecológicos y ambientales
v La cultura popular
v Quehaceres y participación femenina
v Sentido de pertenencia con el ambiente
v La economía informal
v Los movimientos sindicales
v La economía petrolera
v Los ciudadanos afectados por las catástrofes naturales y guerras
v Medios de comunicación alternativos
v Y otras temáticas sociales

Pero resulta que la historia, o las ideologías, suelen dejarse de lado y es como si se estuvieran atacando las consecuencias, más que las causas. Y aunque en los últimos meses, he observado una preferencia que va en ascenso por hurgar en la historia, para que la gente entienda el sentido del presente y, de igual forma, se están produciendo debates sobre las diversas corrientes del pensamiento, a veces no se trata con la profundidad que se merece o no se le da continuidad. Según sea el caso, haría hincapié en que resaltáramos más dichas temáticas en nuestra radio.
Ahora bien, sin perder de vista la auto-evaluación que cada cuatro meses nos practicamos en la radio, sería conveniente que sea la audiencia quien también pueda decidir sobre las políticas internas de la radio, porque al fin y al cabo para ella es que nosotros trabajamos: nos debemos a la señora que vende dulces en la esquina, al joven busetero, al profesor, al herrero; y sería muy útil que toda nuestros usuarios nos hicieran sus críticas y nos dieran sus recomendaciones. Sólo así podríamos cumplir plenamente con el pensamiento que tenemos a la entrada de nuestra estación:

“La Radio podría ser el más gigantesco medio de comunicación
imaginable en la vida pública, un inmenso sistema de canalización,
lo será cuando no sea capaz de emitir, sino también de recibir.
En otras palabras, si consigue que el oyente no sólo escuchase
sino que también hablase, que no permanezca aislado”.
Bertolt Brecht
“Teoría de la Radio”

VI.- El sistema es engañoso
A toda la evaluación que estamos mostrando, desde que comenzamos el presente trabajo, es preciso agregarle algunos rasgos diferenciales. En algún momento de nuestras vidas, terminamos dándonos cuenta de que los sueños van por una vereda diferente a aquella por donde transita la realidad. Y quizá eso lleva a que el trabajo no sea igual a lo que nosotros soñamos como comunicadores sociales. En el régimen capitalista, el tiempo de trabajo y nuestro mismo tiempo libre están marcados por la enajenación, como diría Marx. Fe y Alegría Guayana no se escapa de los tentáculos de este sistema, con la salvedad de que, en vez de decir que una no es feliz en su trabajo como periodista o que el trabajo no lo está haciendo por vocación, lo que sucede es que hay una explotación tan tenaz que no permite que uno pueda desarrollar una libre energía física y espiritual. De verdad, que trabajar para Fe y Alegría parece un sacrificio que, sólo lo recompensan las sonrisas de la gente en la calle para la que trabajamos, pero que la gente de adentro no valora.
Lanz (2006, en Aportes para el debate del Socialismo del Siglo XXI) explica el secuestro de la franja libre de los trabajadores y la explotación del obrero de la siguiente manera:
Desde el punto de vista del proceso productivo, que busca obtener la mayor plusvalía o plustrabajo (tiempo de la jornada laboral no pagado al obrero), la actividad diaria en los puestos de trabajo está organizada bajo el esquema tecnocrático de cronometrar el tiempo de tareas parceladas y repetitivas... Este esquema del proceso productivo en la fábrica se reproduce en la sociedad en su conjunto, donde hay poco tiempo para otras actividades y cuando hay alguna posibilidad se trata de rutinas empobrecedoras de la industria cultural. (p. 42)

Y eso mismito es lo que pasa en Fe y Alegría, nos obligan a trabajar más del tiempo necesario para reproducir el valor de nuestra faena de trabajo. A veces trabajamos hasta 12 horas corridas, cuando en realidad nos pagan 8. O nos asignan más responsabilidades para que las cubramos en las mismas 8 horas, sabiendo que hay un déficit de periodistas en la emisora. En los actuales momentos, sólo nos hallamos dos periodistas y ahora debemos hacer el trabajo de la otra periodista que está de pasantías hace 4 meses en Ecuador y además debemos cumplir las funciones del operador, porque no han querido contratar a más nadie. Trabajamos días feriados, y casi todos los fines de semanas cubrimos guardias, y ni siquiera nos cancelan el cesta ticket esos días. Cada día, tenemos menos tiempo libre y el cansancio cada vez es mayor. Entonces, se nos está extrayendo una cantidad considerable de horas plusvalor que se traduce en 100 por ciento de explotación. Por eso el trabajo una lo va viendo, a veces, como ¡eso!, como un trabajo nada más, y no le pone el mismo empeño que al principio, porque lo ve como que pertenece a otro, aunque en el fondo nos llena saber que el trabajo que estamos haciendo vale la pena por el compromiso con la gente. Y lo peor, es que una se cansa de hablar y se va sintiendo desgraciada.
Valga como ejemplo, una de mis preocupaciones constantes, como es el caso de los voceros juveniles. Es un programa desarrollado por la RNR. En Guayana, ya se han facilitado varios talleres para formar jóvenes que se encarguen de ser voceros de las noticias que están sucediendo en su comunidad, utilizando la radio como medio de denuncia y comunicación con las autoridades locales y regionales. Y resulta que la mayoría de estos voceros transmite por un tiempo y luego se va.
De acuerdo con lo que he logrado analizar, ello se debe, en gran medida, a la falta de acompañamiento que han tenido estos voceros. Y hasta ahora el acompañamiento no se ha logrado porque siguen esperando que las únicas dos o tres periodistas (si contamos a la que está en Ecuador) que están aquí, se multipliquen y se dediquen también a hacer acompañamiento cuando debería existir un cargo para que otra persona se encargue de colaborar con los voceros -claro está, con nuestro rotundo apoyo.
Hace ya casi un año, un día en medio de tanta inconformidad decidí escribir el artículo que presento a continuación y que recoge algunas de los dolores que me mortifican:

Entre el poder y yo

“Difícil es conocer la mente del mortal o su corazón,
hasta que se prueba en la cúspide del poder,
porque el poder desnuda”.
Sófocles

Desde niña, veo con particular interés cómo se comporta la gente a mi alrededor y, precisamente, en los últimos meses, he observado de qué forma una persona igual a ti, cuando adquiere poder, comienza a alimentar una actitud despótica que, aun cuando quiere disimularla, en algunos momentos -de hecho, en esos instantes de destellos de sinceridad incontrolados-, deja escapar ciertas muestras (gestos, palabras, actitudes) de segregación y unilateralidad. Es por ello que podría iniciar diciendo, con absoluta franqueza, que el poder es una fuerza que transforma irremediablemente al ser humano.
El paradigma del bien común, la justicia, la tolerancia, la convivencia, el respeto y la solidaridad, inclusive, se convierten, excesivamente, en una utopía; en la medida en que un individuo dure más tiempo en el poder. En su comportamiento, comienzan a distinguirse los primeros vestigios de superioridad y desprecio hacia sus súbditos. Todo parece indicar que, como diría Bolívar en una oportunidad: "...nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo en un mismo ciudadano el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle y él se acostumbra a mandarlo: de donde se originan la usurpación y la tiranía".
Adicionalmente, hay dos factores que he notado, intrusionan en la relación “jefe-trabajador” o “líder-pueblo”. El primero, la compleja dominación. Para quien tiene el poder, los demás son inferiores, "yo soy el jefe, y eso establece una línea que debe respetarse, por lo cual todo lo que 'yo' diga debe acatarse y nada se hace sin mi autorización. La praxis del consenso y la participación no son más que artilugios o montajes para, finalmente, imponer lo que ellos piensan o han decidido. Un compañero a quien le consulté sobre el tema me explicó la farsa con un ejemplo laboral: "Es como tener voz y no tener voto".
Es una falta de respeto contra la inteligencia y la intuición humanas que, a estas alturas del tiempo, se trate de engañar a los demás con manipulaciones tan evidentes. En lo particular considero que, en lugar de estar tratando de asumir posturas de gente neutral y justa -lo cual no conduce sino a resentimientos y futuras apatías colectivas-, sería más honesto que reconocieran de manera abierta que aún en el siglo XXI impera la hegemonía de las políticas “desde arriba”, que no permiten a “los de abajo” decidir (cuando deciden sólo lo hacen a partir de una cartilla preestablecida por la cabeza, similar a la Agenda Setting de los medios de comunicación, que aunque se tiene la opción de hacer zapping, siempre se selecciona dentro de la parrilla de programación de los canales existentes).
El segundo consiste en la manipulación de la realidad. Como los líderes se creen dioses, adecuan las situaciones a su propio beneficio, verbigracia, además de acceder a mejores y mayores bienes y servicios, reducen su productividad y responsabilidad, en detrimento de quienes están bajo su mando, en una pirámide interaccionista netamente vertical. Puedo citar -por supuesto que, con un alto grado de opiniones prejuiciadas- dos ejemplos concretos, tales como: la autoasignación de menos horas de trabajo y la delegación de algunas de sus funciones a los otros.
Con ello no planteo que no deba haber autoridad y jerarquía, sino que a menudo se me cruza por la mente si, realmente, como decía el lema del VI Foro Social Mundial, otro mundo es posible. Y aquí me acojo a una frase del investigador francés Edgar Morín: “El hecho de que me niegue a vivir en el mejor de los mundos, no significa que no tenga la esperanza de vivir en un mundo mejor” (usted puede sustituir la palabra mundo a su conveniencia).
Por cierto, ya para despedirme, si algún día llegase aceptar un cargo con otras personas bajo mi responsabilidad, no querría, bajo ninguna circunstancia, ser forjadora de esa realidad astillada que me ha tocado vivir con el poder, y mucho menos llegar a destruir las esperanzas luminosas de quienes, si no me admiran, aunque sea me respetan como profesional y ser humano.

VII.- Latigazos personales
En líneas generales, todos elegimos en donde queremos estar, y quizá ustedes se pregunten si estás tan inconforme, ¿por qué sigues en Fe y Alegría? Quizás trate de dar una justificación, desde el punto de vista personal, pero no viene al caso. Haciéndome una revisión desde hace más de dos meses que inicié este análisis, me he convencido de que es por la labor educomunicativa que se desarrolla dentro y fuera de Fe y Alegría, y que está por encima del sistema de capitalista que avasalla en lo administrativo. Por ahora, la explotación es un hecho que he podido suprimir, pero no sé hasta cuándo.
De dicha suerte, lo que sí debería criticarme es la forma cómo varias veces he preferido callar porque, a veces, como que me canso de gritar y de que nadie me escuche. Una de las respuestas rayadas que ya memoricé, es ésta: “Debemos aprender a tocar con las cuerdas que tenemos”. Lo paradójico es que nunca ponen una cuerda más, sino que cada vez como que nos cortan las cuerdas que tenemos.
Paralelamente, pero ya yendo a un plano más de mi ejercicio periodístico, considero que debo leer e investigar más en la historia para poder presentar informaciones más balanceadas ,que ayuden a que nuestra audiencia se forme juicios acertados. Y respecto, a los programas, necesito tener un alto sentido de la crítica a la hora de entrevistar sobre ciertas temáticas que arden en el tapete y tienden a confundir por la pugna de los diferentes enfoques periodísticos.

VIII.- Conquista lógica de los espacios
La necesidad de repensar sobre nuestras maneras de pensar y de proceder se torna imperativa. Si comunicar significa educar, entonces educar significa actuar y este actuar debe ir orientado a luchar contra la dominación a la que hemos estado sometidos durante años que ni siquiera nos deja pensar y quiere que sigamos apegados a los intereses de unos pocos. Debemos compartir la praxis educomunicativa o intervenirla de manera que podamos, más que lograr la movilización de todos en la construcción de un mejor sistema, renovar el espíritu y la conciencia de cada uno de quienes sentimos y pensamos este país, únicamente así lograremos encontrar el camino de regreso a casa: a lo humano. Pero para ello se requiere trabajar en la conformación de espacios de diálogo, de reflexión, de compromiso, que configuren nuevas visiones sobre el presente o el futuro que queremos y esto no se puede lograr, hasta tanto no se sacudan los cimientos de este sistema podrido que no deja elevar la conciencia de nadie y que, en lugar de construir nuevos valores de solidaridad, compañerismo, respeto, amor, lo que hace es seguir manteniendo tramas destructoras que soplan y se llevan los sueños de quienes quieren cambiar el mundo y batallar por un país más libre.
¿Cómo es que se nos puede hablar de libertad, si siguen explotándonos como trabajadores? Tal vez en el caso de Fe y Alegría sí gozamos de libertad de expresión y se promueve el libre acceso a las diferentes emisoras, y hasta tenemos ética comunicativa para respetar y dejar que nuestros altavoces reproduzcan las ideas, propuestas, denuncias y saberes de la gente, sobre todo de los sectores populares, pero ¿qué hay de la gente que trabaja aquí? La reconfiguración comunicativa debe comenzar en casa. El nexo que hay que establecer está en inscribir la vida dentro de la radio en un sistema donde se compartan nuevos valores, como que escuchen las demandas de los trabajadores de tener un mejor trato y poder satisfacer sus necesidades más autenticas como seres humanos (y ¡ojo!, debe quedar bien claro para todos que no hablo de tener más riquezas materiales, sino lo justo para existir plenamente) para poder transmitir ese bienestar a los demás y, por ende, sentir que con el trabajo estamos satisfaciendo una necesidad de servir a los demás y producir para el país.

IX.- Conclusiones
El panorama de la Red Nacional de Radio Fe y Alegría analizado muestra que sus emisoras se ubican en la perspectiva de los medios de comunicación dialógica y participativa, partiendo de las experiencias vividas y compartidas por todos los sectores, principalmente, por los de las zonas pobres y excluidas, como los habitantes de las áreas rurales e indígenas, en aras de que éstos interactúen y participen a favor de hacer valer sus derechos ciudadanos.
Lo incongruente es que, justamente, en el eje interno de Radio Fe y Alegría Guayana, las relaciones de trabajo no son consecuentes con estos principios de reivindicaciones de los derechos laborales y existe una explotación en cuanto a los horarios de trabajo y los beneficios salariales.
Sin embargo, pasando por alto este incidente asimilado del sistema capitalista, no existe ningún tipo de discrepancia sobre la labor pedagógica crítica que se viene ejecutando desde las diferentes emisoras de radio que conforman la Red Nacional Fe y Alegría, y en particular, Radio Fe y Alegría Guayana 103.1 FM, por cuanto apuestan por un fuerte predominio de la opinión pública crítica y el tratamiento de las informaciones y de la parrilla de programación en general, a partir del principio de la pluralidad.
Las fallas encontrados sobre la praxis educomunicativa pueden corregirse, si hay la disposición al cambio y a entender la Radio como un medio para formar en valores y un espacio para la confluencia de múltiples corrientes del pensamiento; además de ofrecerle a la gente la posibilidad de no sólo hablar por la radio, sino de incidir también en las políticas de opinión y construcción de la Radio, en el marco de una democracia participativa que venza las identidades individuales y las orgullosas ideologías reproduccionistas para pasar a una referencia común donde se entrecrucen la comunicación racional y la acción.

*Periodista ULA-Táchira
Julio, 2007

Referencias
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